Carrusel de cabeceira

IMG_20221116_123505.jpg
O edificio
O edificio
O edificio
O edificio
Pausa
  • 0
  • 1
  • 2
  • 3
  • 4

CGAC

El Centro Gallego de Arte Contemporáneo es un espacio de difusión cultural cuya función es dinamizar el panorama artístico actual y reflexionar sobre la diversidad de las conformaciones culturales en la sociedad contemporánea. Creado en 1993, este centro se enmarca dentro de la política surgida en España a partir de la década de 1980 para promover el desarrollo de plataformas culturales y favorecer la entrada de Galicia en el circuito artístico internacional.

Desde sus inicios, el CGAC mostró las líneas directrices del arte de las últimas décadas mediante exposiciones retrospectivas de artistas reconocidos internacionalmente al lado de exposiciones dedicadas a difundir el arte gallego, incluyendo tanto autores consagrados como emergentes. También son continuas las colaboraciones con otras instituciones articuladas mediante proyectos a largo plazo.

Pero, además de un espacio expositivo, el CGAC es un centro dinámico y multidisciplinar en el que se celebran ciclos de conferencias, talleres impartidos por artistas e incursiones en el campo de la música, las artes escénicas, la arquitectura, la moda y el cine, que permiten la participación activa del público y favorecen el intercambio de ideas entre profesionales de distintos ámbitos.

Proyectado por el arquitecto portugués Álvaro Siza Vieira entre 1988 y 1993, el CGAC está situado en una de las zonas monumentales más sensibles y sugestivas de Santiago de Compostela, en los límites del casco histórico, muy cerca del convento y la iglesia de San Domingos de Bonaval.

El edificio, que se caracteriza por el diálogo con la historia de la ciudad, refleja la admiración de su artífice por los racionalismos y el movimiento moderno. La línea, la luz y el volumen se combinan para dar paso a una arquitectura austera y serena que conecta con la tradición gallega sirviéndose de su material constructivo por excelencia, la piedra de granito, utilizada tanto en las paredes exteriores como en la cubierta del edificio.

De hecho, Álvaro Siza opta por presentar la fachada ciega del centro como un alto muro de granito que delimita el recinto del convento, cerrando de esta manera a esquina que da a la calle de la Caramoniña, una bella y antigua vía que asciende por la colina y que actualmente cayó en desuso.

Los dos cuerpos principales del complejo eclesiástico, la iglesia y el claustro, forman un ángulo recto con sus respectivas fachadas principales orientadas hacia el espacio público: el frente del CGAC cierra decididamente este recinto, creando una especie de plaza en la que se sitúan los accesos principales a los tres edificios.

Otro elemento relevante del proyecto es el antiguo huerto del convento, recuperado y rehabilitado por Álvaro Siza en colaboración con la arquitecta y paisaxista gallega Isabel Aguirre. El dicho jardín está constituido por una serie de plataformas descendentes y no paralelas que conducen al CGAC y que funcionan como uno de los elementos organizadores del edificio proporcionando la posición del eje sobre lo que se articulan sus espacios. A partir de este eje, el edificio se desdobla en dos grandes bloques: uno compacto formado por las salas de exposiciones y los almacenes, que forma parte de la estructura del jardín, y otro orientado hacia la calle, donde se sitúan el espacio de oficinas, la biblioteca y el auditorio. Entre ambos se crea un espacio central de forma triangular, que funciona al mismo tiempo como distribuidor y sala de exposiciones.

Por lo demás, el esquema de desarrollo es canónico: tres pisos, un subterráneo y dos superiores; un corredor central que separa los espacios expositivos de los destinados la otros servicios, y que es de uso público en los niveles de las salas de exposiciones; y finalmente una terraza abierta al paisaje urbano concebido como un jardín de esculturas.