Carrusel de imaxes de exposición

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Obra de Priscilla Monge

PRISCILLA MONGE

06 Junio 2025 - 07 Septiembre 2025
Sótano
Comisariado:
Santiago Olmo

La obra de Priscilla Monge, ha sido frecuentemente incluida en la escena posconceptual latinoamericana de los noventa, pero hay que tener en cuenta que en esos años ni Costa Rica ni la región centroamericana a la que pertenece figuraban en los mapas del arte latinoamericano reconocido internacionalmente.

Formada en la Universidad de Costa Rica, donde dominaba una estructura docente ligada a los esquemas de las bellas artes académicas, y tras un periodo de estancia en Bélgica, retorna a su país natal donde desarrolla una obra contundente y revulsiva que tiende a poner al descubierto los sistemas de opresión, exclusión, discriminación y dominio en la vida cotidiana; en definitiva, todo aquello de lo que ni se suele ni se quiere hablar: los insultos, los gestos, lo incómodo, en definitiva la pervivencia de formas arcaicas e injustas en un mundo moderno solo en apariencia. En ese sentido sus obras son pioneras en muchos sentidos y no solo en Centroamérica, donde su influencia es decisiva a finales de los años noventa, cuando se produce una transformación radical del ámbito artístico al tiempo que se consolidan los tratados de paz y se cierran décadas de conflictos en los diversos países de la región centroamericana. En su obra de esos años se abordan cuestiones como la violación marital y el abuso sexual, la normalización de la menstruación, el maltrato o el feminicidio, que en ese momento aún estaba por tipificar.

Sin embargo, sus obras no son manifiestos, ni ensayos de investigación y mucho menos se acercan al amarillismo periodístico. Todo se desarrolla en voz baja, con ironía y con dosis de humor, sacando partido a lo paradójico, con resultados ingeniosos, sutiles, que permiten reflexionar en silencio.

En un plano más visible aparece la confrontación de las esferas públicas y privadas de las vidas individuales y en sociedad, como escenarios que son vasos comunicantes en permanente tensión. A través de medios y lenguajes tan diversos y contundentes como el textil y el bordado, la pintura y la escultura, entendida como collage de objetos encontrados o como su manipulación con el objetivo de variar su significado y sentido, la luz de neón, el dibujo, el vídeo, la fotografía y el texto, Priscilla Monge, construye escenas y situaciones de confrontación entre el espacio real de la cotidianidad y su interpretación social y psicológica.

Ha participado en la Bienal de La Habana (1997, dirigida por Llilian Llanes), la Bienal de São Paulo (1998, comisariada por Paulo Herkenhoff), la Bienal de Venecia (2001, en la sección oficial comisariada por Robert Storr, y 2013, en la representación costarricense), la Bienal de Limerick (2003, comisariada por Virginia Pérez-Ratton), la Bienal de Sevilla (2004, comisariada por Harald Szemann), la Bienal de Liverpool (2006), o la Bienal de Pontevedra (2010) y es también relevante su inclusión en 1999 en la muestra comisariada por Gerardo Mosquera, Pervirtiendo el minimalismo en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid, coincidiendo con un ciclo de exposiciones sobre arte latinoamericano dirigido por M.ª Carmen Ramírez. En el CGAC, ha participado en la exposición Camiños III con una obra centrada en la problemática de la menstruación en el espacio público y en Traballo en equipo, en el Museo Centro Gaiás de la Ciudad de la Cultura, con un vídeo de 1999 sobre la problemática del maltrato doméstico que pertenece a la Colección CGAC.

Sus piezas están situadas entre las dimensiones significativas de lo verbal y de lo visual de los signos y las representaciones. Como ella misma afirma: “Se encuentran en un espacio fractal, ese espacio entre la palabra y la imagen y viceversa. Es en ese límite donde el arte genera un lugar seguro y de búsqueda espiritual y seguramente de cambio”.

La exposición reúne obras de todas sus etapas incidiendo en aquellas con una especial significación social y propone revisar su obra como un trabajo anticipatorio y seminal de las preocupaciones feministas sobre la vida cotidiana que hoy continúan vigentes.